Creo que la tecnología se ha integrado tanto en nuestra vida cotidiana que es una parte necesaria de nuestra vida y, aunque no quieras, tienes que utilizarla en determinadas situaciones. Sin embargo, todo es como una moneda, siempre hay dos caras. Depender demasiado de la tecnología, o entregarse a un entorno virtual, puede ser peligroso. Por lo tanto, es tan importante saber utilizar la tecnología de forma sensata y correcta.

En el ámbito de la pedagogía, creo que la contribución de la tecnología a la enseñanza de lenguas extranjeras es positiva, eficaz y práctica.

Ahora hay muchas personas que ven el aprendizaje de una tercera lengua como un pasatiempo, por lo que hay muchos aprendientes autónomos. Al mismo tiempo, lo que más les ayuda es la variedad de videos instructivos disponibles en línea (videos de YouTube, tutoriales de Instagram, etc.). Los  aprendiente autónomo ​siempre ven una variedad de vídeos y materiales de aprendizaje para aprender la pronunciación, la gramática, etc. de un nuevo idioma.

En el aula, los profesores pueden enriquecer el proceso de enseñanza con una variedad de recursos para mantener la atención de los alumnos en el aula, y los jóvenes estudiantes se sienten más cómodos y receptivos a este entorno de enseñanza tecnológico y científico en esta nueva era.

Creo que el mejor estado de cualquier cosa es parar en el momento adecuado. No tiene sentido no aplicar o utilizar en exceso la tecnología. Por eso, tanto los profesores como los alumnos tienen que aprender a utilizar la tecnología de forma inteligente para mejorar en este entorno en constante cambio.